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Paranal y cómo es vivir de la astronomía, según dos astrónomos

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Los astrónomos Santiago González y Kora Muzic (Postdoc AstroUDP), nos cuentan cómo es su profesión, cómo es vivir en el observatorio Paranal y una que otra cosa más.

Por Álvaro López Bustamante para El Definido

Tras una visita frustrada al observatorio de cerro Paranal, este afortunado columnista tuvo la suerte de encontrarse con los astrónomos Santiago González y Kora Muzic –a quienes agradezco profundamente su apoyo desinteresado en este artículo–, que venían llegando recién de Corea del Sur, tras ofrecer charlas sobre supernovas y también sobre estrellas enanas marrones, a los astrónomos del Instituto Coreano de Astronomía y Espacio.

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Santiago González y Kora Muzic

Kora estudió su maestría en Zagreb, y su doctorado en la Universidad de Colonia y en el Instituto Max Planck para Radioastronomía en Bonn. Actualmente trabaja en el núcleo de astronomía de la Universidad Diego Portales y en el Observatorio Europeo Austral (ESO); y además, se desempeñó durante tres años en el Observatorio de Cerro Paranal, hasta mayo de este año.

Santiago, hizo su maestría y su doctorado en la Universidad de los Andes de Colombia y en la Universidad de Toronto, respectivamente. Actualmente trabaja en la Universidad de Chile.

Para trabajar como astrónomo profesional, se requiere necesariamente un doctorado, Kora estudió 6 años en pregrado y maestría, y luego 3 años de doctorado. Santiago cursó 5 años de doctorado y 6 de pregrado y maestría.

Siendo astrónomos, les toca viajar mucho, pues al ser una comunidad pequeña que está esparcida por el mundo, se deben reunir en distintos seminarios y conferencias internacionales para compartir las nuevas investigaciones y descubrimientos, los cuales generalmente son realizados por equipos internacionales. Es por eso, por ejemplo, que fueron a Corea del Sur.

El campo de investigación es increíblemente amplio, por ejemplo, Kora estudia el fenómeno de las estrellas enanas marrones, que son objetos con menos de 80 veces la masa de Júpiter, por lo que no alcanzaron la masa suficiente para desarrollar las reacciones nucleares, que les convertirían en estrellas propiamente tales. Sin embargo, no se tiene muy claro cómo se forman. En cambio, Santiago estudia las supernovas, pues sirven para definir la velocidad de expansión del universo, y son la base sobre las que se generan los agujeros negros y las estrellas de neutrones; además, producen elementos químicos más pesados, como por ejemplo el carbono y el oxígeno, los que dan origen a la vida y son parte de nuestros propios cuerpos, por lo que se trata de un área muy interesante de investigación.

Observatorio de Cerro Paranal. ESO.

El observatorio Paranal

Kora Muzic nos cuenta que le tocó pasar 80 días al año, durante tres años, en el observatorio Paranal, y el resto del tiempo estuvo en Santiago, trabajando en su investigación para la ESO.

En Paranal, se encuentra el VLT o Very Large Telescope (Telescopio Muy Grande), de la ESO. Se trata del instrumento óptico más avanzado del mundo actualmente, y consiste de cuatro telescopios con espejos primarios de 8.2 metros de diámetro, y cuatro telescopios auxiliares, móviles, de 1.8 metros de diámetro. Estos telescopios se pueden hacer funcionar en conjunto, de modo que forman un interferómetro gigante (VLTI), que permite ver detalles con 25 veces más precisión que cualquiera de los espejos por separado. Esto se consigue a través de un sistema de espejos subterráneos, donde la luz se alinea con una precisión de 1/1000 mm, a distancias de 100 metros. Los telescopios mayores, se llaman Antu (que significa «Sol» en mapudungun), Kueyen (significa «Luna»), Melipal («Cruz del sur») y Yepun («Venus» y que posee un llamativo rayo láser).

Asimismo, está muy cerca el telescopio VISTA, que funciona en el espectro visible e infrarrojo cercano, y posee una cámara de 3 toneladas y 67 megapixeles. Es el telescopio de sondeo más grande del mundo, con un espejo de 4.1 metros. Este telescopio es de muchísima utilidad, pues permite ver en infrarrojo los objetos que no se ven bien en visible, ya sea por que están oscurecidos por el polvo, o que están a muy baja temperatura, o porque el desplazamiento al rojo por su velocidad y distancia, les hace invisibles en las longitudes de onda visibles al ojo humano.

Generalmente hay siempre 150 personas trabajando en el lugar y se han logrado grandes descubrimientos. De hecho, el observatorio de Paranal es la instalación terrestre más productiva del mundo, generando un promedio de una investigación al día publicada en revistas científicas de alto nivel. Aquí se descubrió el primer planeta fuera del sistema solar, se han seguido a las estrellas alrededor del agujero negro que está en el centro de nuestra galaxia, y se ha observado la explosión de rayos gamma más lejana jamás conocida, entre otras cosas.

La tecnología y la precisión es tan grande, que aunque cada espejo principal mide 8.2 metros, sólo tienen 17.5 cms de grosor. Y aunque la estructura total pesa 430 toneladas, está tan bien balanceada, que se podrían mover empujándolas con la mano. Cosa que ninguno de nosotros podría hacer, aunque lo quisiéramos, pues el acceso a los telescopios está restringido (acá se puede ver uno de los telescopios en movimiento, desde su interior).

«¡Por el poder de ESOOOO!»… Guía láser del telescopio Yepun. ESO/Yuri Beletsky.

La vida en Paranal

En Paranal, hay actividad las 24 horas. En el turno de día, distintos equipos de ingenieros y técnicos se dedican a la mantención de los telescopios e instrumentos, dejando todo listo para quienes trabajan en el turno que sigue, que es el nocturno. En la noche, llegan los astrónomos y los operadores, pues cada telescopio funciona con un astrónomo y un operador, quienes son normalmente ingenieros.

Para los astrónomos, la rutina normal es la siguiente: durante el día duermen en un hotel o residencia, ubicado a unos kilómetros de distancia y que tiene muchas comodidades: piscina, gimnasio, sauna, sala de cine, sala de música con instrumentos, una pequeña biblioteca con libros y películas, etc.

En verano, como las noches son cortas, generalmente hacen buen uso de las instalaciones. Sin embargo, en invierno, los turnos duran más de 12 horas, por lo que apenas tienen tiempo para descansar.

De hecho, una hora antes del atardecer, cenan, y luego se van al observatorio. Ahí, las observaciones no son como uno pensaría, pues no existe la clásica mirada a través del lente del telescopio, sino que todo se hace a través de la pantalla de un computador, con la asistencia de un ingeniero operador, en el cuarto de control del VLT.

Observando las estrellas, en el cuarto de control del VLT.ESO/ H.H. Heyer

El turno de observación termina al amanecer. Y luego, claro, se puede “bajar” de Paranal una vez que terminan los días asignados. El sistema de turnos para ingenieros, técnicos y otro personal, consiste típicamente en un turno 8 x 6, esto es, 8 noches “arriba”, en el observatorio y 6 días libres. Para los astrónomos la cosa cambia, debido a la naturaleza de su profesión.

En efecto, la agenda de los astrónomos se organiza cada tres meses, por lo que cada cual debe organizar sus viajes con mucha antelación. La duración de cada turno es flexible y oscila entre las 5 y las 14 noches seguidas, y se debe organizar según el contrato de cada persona. En el caso de Kora, por ejemplo, se debió cumplir con 80 noches al año, por tres años.

Llegar a trabajar en Paranal no parece ser tan complejo como uno pensaría, aunque hay que ganarle a muchos otros postulantes en la selección (Kora dice que 1 o 2 de cada 20 postulantes queda) y obviamente hay que tener las competencias mínimas necesarias (o sea, tener como mínimo un doctorado). Cada año la ESO publica un anuncio con los trabajos disponibles de postdoctorado, para los investigadores que recién han conseguido un doctorado. Se trata de investigaciones que duran corto tiempo (máximo cuatro años), por lo que siempre hay rotación de personas, abriéndose nuevos puestos cada año. Kora nos cuenta que ella postuló a través de la página web de ESO, tras lo cual fue seleccionada para una entrevista, y que luego también pasó la selección final.

Piscina, en la Residencia de Paranal. ESO.

El futuro de Paranal y algunos datos curiosos

El siguiente paso que dará la ESO, será construir en el cerro Armazones, cerca de Paranal, el E-ELT (Telescopio Europeo Extremadamente Grande), que tendrá un espejo primario de 39 metros de diámetro y cuya construcción partió el 2010, para terminar el 2024. Será el telescopio más grande del mundo. Constará de 800 segmentos de 1.4 metros de ancho y 5 cms de espesor, y requerirá un espejo secundario de 6 metros de diámetro. Además, tendrá espejos adaptables, que tendrán más de 6 mil puntos que podrán distorsionar su forma, mil veces por segundo, para compensar la turbulencia atmosférica.

Y desde un punto de vista menos científico, les podemos contar que el dúo Erasure grabó un video en Paranal, dedicado a los 50 años de la ESO, y que varias escenas de la película Quantum of Solace de la saga James Bond, fueron filmadas en el observatorio. (¡OMG, aquí están destruyendo la residencia de Paranal!) Naturalmente, las explosiones fueron grabadas sobre una miniatura en Pinewood Studios, en Londres.

¡No, la piscina nooooo!!!! Swiss-Architects Magazin

Para terminar, le pedimos a nuestros astrónomos, que respondieran la siguiente pregunta:

¿Cómo es ser astrónomos y qué le recomendarían a alguien que quiere estudiar esa profesión?

Kora:

“A mi me encanta ser astrónoma, pero uno debe tener claro que nuestro trabajo no siempre incluye las observaciones con telescopios, como mucha gente imagina. Yo tuve la oportunidad de trabajar en un observatorio, pero la mayoria de los astrónomos no lo hacen. Tampoco es correcta la imagen «romántica» de un astrónomo mirando al cielo directo a través del telescopio, porque los telescopios modernos graban los datos en forma electrónica. Las imágenes aparecen en la pantalla de computador en la sala de control. Asi que nuestro trabajo incluye mucho mas trabajo en computadores que lo que uno imagina. Y en cierto sentido, creo que la astronomía es un trabajo para personas realmente aficionadas a su tema, porque requiere mucho esfuerzo y años de estudio, en tanto las expectativas de un trabajo fijo y estable son pocas. Es normal que después de obtener el doctorado uno siga en varios puestos de postdoctorado, que son plazas a tiempo fijo (2-3 años normalmente). Entonces, existe una inseguridad respecto a tener el próximo trabajo asegurado, y muchas veces la gente postula a instituciones en todo el mundo, para maximizar sus chances de obtener un trabajo para el próximo par de años.

¿Que se podría recomendar a alguien quien quiera estudiar astronomía? No sé, pensarlo bien, teniendo en cuenta todo lo dicho, y si cree que este estilo de vida no le molestaría o incluso le gustaría, entonces esta es una profesión para él o ella. Obviamente, el trabajo de astrónomo tiene muchísimos aspectos positivos que no mencioné, pero a veces es bueno considerar los aspectos negativos, para estar preparados a enfrentarlos.”

Santiago:

“De acuerdo con lo que dice Kora. No hay que esperar gran mérito financiero ni mucha estabilidad laboral para tantos años de estudio. Aunque se vive bien, se viaja mucho y es entretenido, tengo muchísimos amigos que han dejado la física/astronomía para dedicarse a muchas otras cosas diferentes (financieras, de educación, empresas), etc. La ventaja de un físico/astrónomo es que adquiere muchos conocimientos y aptitudes computacionales, matemáticas, de comunicación y elementos prácticos para resolver problemas de todo tipo, algo que muchas empresas privadas, bancos e institutos financieros han reconocido y por lo cual terminan contratando a esta mano de obra. En este momento hay que saber que hay una sobreproducción de doctores en astrofísica y no todos terminan con puestos fijos de investigadores/profesores de universidad, algunos porque no lo quieren, otros porque simplemente el sistema no da abasto. Pero como te digo, ninguno termina en la calle, es gente muy capaz y versátil.

Lo que me gusta de ser astrónomo: la flexibilidad laboral (puedo trabajar en casa muchas veces, sin ir a la oficina), los viajes, el estudio de la naturaleza y el universo.

Lo que no me gusta de ser astrónomo: la competencia exagerada y el «hambre» por publicar (así, como el hambre de un empresario puede llegar a ser el dinero o el poder, el hambre de un científico es el reconocimiento a través de publicaciones). Esta hambre puede dañar la belleza original del estudio de la naturaleza y es una lástima. El mundo de la ciencia, desafortunadamente, como todos los mundos, no está exento de las cosas malas del ser humano (también tiene las buenas, claro).”

¿Y a ustedes, qué les parece la astronomía?

Agradecimientos a Álvaro López Bustamante por permitirnos replicar su entrevista.