El Núcleo Milenio ERIS (Evolución Reconstruida del medio intereStelar) aplica uno de los principios básicos de la Teoría de Evolución de Darwin – descendencia con modificación – a la evolución cósmica y está liderado por Paula Jofre (Director) y Evelyn Johnston (PI) de AstroUDP, junto con Patricia Tissera (co-director) de la Pontificia Universidad Católica y Alvaro Rojas (PI) de la Universidad de Santiago.
La herramienta fundamental (árbol filogenético) ya se usa extensivamente en otros estudios evolutivos de la Tierra. Dado que árboles son estructuras y gráficos matemáticos, para lograr nuestras metas con ERIS consolidamos una colaboración interdisciplinaria entre astrónomos, biólogos y matemáticos. Reconstruimos la evolución de galaxias construyendo e interpretando árboles filogenéticos que son apropiados para datos astronómicos. Para eso, simulamos la evolución de galaxias, donde conocemos su historia compartida. Además, usamos datos observados, que nos permiten tratar con incertidumbres.
La clave para poder conectar estrellas es el hecho conocido, de que estrellas masivas sintetizan elementos químicos en sus interiores, y al final de sus vidas, cuando explotan contaminan las nubes interestelares, que es donde nuevas estrellas se forman. El gas químicamente procesado es lo que una generación de estrellas hereda de la(s) generación(es) anterior(es) y es el observable clave que nos permite construir árboles filogenéticos. Nuestra ventaja es el hecho que conocemos muy bien cuáles elementos son producidos en qué tipo de estrellas, y cuánto. El desafío está en que una galaxia es un sistema abierto: gas fresco llega de afuera todo el tiempo, mezclando el gas procesado en la galaxia. También, diferentes generaciones de estrellas contribuyen con la contaminación de la misma nube interestelar. Entonces, el problema es complejo, al igual que la evolución de las especies en biología.