Agradecimientos a Camilo Allende del sitio de difusión científica Chirimoyo Alegre
En efecto, los anillos de Júpiter, Neptuno y Urano son muy delgados y poco brillantes, y permanecieron ocultos a nuestra vista hasta que a fines de los años 70′ fueron observados directamente con las sondas espaciales que visitaron estas regiones, como la Voyager I.
Es tanto así, que es necesario tomar una imagen con un muy alto contraste y en situaciones muy particulares para poder percibirlos, pero en un telescopio normal, e incluso en las fotos tradicionales de las mismas sondas, pasan desapercibidos en comparación a la luz que reflejan los planetas.
Anillos de Urano fotografiados por la sonda Voyager 2
Otra cosa llamativa es la inclinación que muestran estos anillos en relación a la dirección perpendicular al plano eclíptico. Los de Urano por ejemplo, tienen la misma inclinación que el eje de rotación de su planeta, de 98º, tal como aparecen en el dibujo y en la foto anterior.
Anillos de Júpiter fotografiados por la sonda Galileo Anillos de Neptuno captados por la sonda Voyager 2
Esta publicación fue financiada por el Fondo ALMA-CONICYT, asignado al proyecto N° 31140016