- La investigación, en la que participó un astrónomo de la Universidad Diego Portales y del Instituto Milenio de Astrofísica, será publicada en la revista científica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Esta imagen muestra la galaxia SDSS J110840.11+340552.2 antes (izquierda) y después (derecha) del evento de disrupción de una estrella por su agujero negro, descubierto por el proyecto ASAS-SN usando telescopios de 15 cm de diámetro en Enero del 2014 (Holoien et al. 2014). La imagen de la izquierda es una imagen de archivo del Sloan Digital Sky Survey (SDSS) en el año 2004. La imagen de la derecha fue obtenida con el telescopio de Liverpool de 2 metros de diámetro en Febrero del 2014.” Créditos: SDSS, D. Bersier, J. Prieto
El centro de la Vía Láctea posee un agujero negro de aproximadamente 4 millones de masas solares, tal como la mayoría de las galaxias, que poseen un agujero negro supermasivo en su centro. ¿Cómo adquieren masa estos agujeros negros? Una de las teorías que manejan los científicos es que a lo largo de su vida lo hacen “comiéndose” objetos cercanos, los que no pueden resistir el efecto de su gravedad sobre ellos.
Un grupo internacional de astrónomos, encabezados por expertos de la Universidad de Ohio State, acaban de descubrir una estrella que sobrevivió a este evento, sólo perdiendo una pequeña parte de su masa, que según calculan corresponde a un milésimo de la masa del Sol (aproximadamente la masa de Júpiter).
El descubrimiento lo realizaron con telescopios de 15 centímetros de diámetro en Hawaii, parte del proyecto ASAS-SN (All-Sky Automated Survey for SuperNovae, http://www.astronomy.ohio-state.edu/~assassin/index.shtml) que está obteniendo imágenes de gran parte del cielo cada dos a cuatro días. Para esto, ASAS-SN está usando telescopios pequeños en los observatorios de Haleakala en Hawaii y Cerro Tololo en Chile.
“Es lo que se denomina un evento de disrupción de una estrella por los efectos de marea. Lo que nosotros observamos no fue la estrella en sí misma, sino el efecto que produce este evento: un haz luminoso muy brillante en el centro de la galaxia proveniente del material que se está ´comiendo´ el agujero negro supermasivo”, explica José Luis Prieto, astrónomo del Núcleo de Astronomía de la Universidad Diego Portales y del Instituto Milenio de Astrofísica MAS, quien fue parte de la investigación.
Según comenta, aunque en un principio pensaron que el evento luminoso era una explosión de supernova, pronto se dieron cuenta que este fenómeno no correspondía, pues presentaba características muy particulares.
“En enero pasado descubrimos que el brillo del centro de la galaxia SDSS J110840.11+340552.2 aumentó dramáticamente, por lo que hicimos un estudio detallado con distintos telescopios – desde el telescopio de 15 centímetros de diámetro usado para el descubrimiento hasta el telescopio LBT de 8 metros de diámetro en Arizona, también incluyendo el telescopio espacial Swift – y en distintas longitudes de onda. Pudimos observar que la temperatura del evento transiente se mantuvo muy alta por más de tres meses, mientras que la temperatura de las supernovas generalmente disminuye en el mismo período. Además, el espectro era distinto al de explosiones de supernova”, señala Prieto.
Uno de los aspectos más importantes del descubrimiento es que este evento ocurrió durante el primer año de funcionamiento del proyecto ASAS-SN y a sólo 650 millones de años luz, en el recién bautizado súper-cúmulo de estrellas Laniakea del cual la Vía Láctea es parte. Para Krzysztof Stanek, profesor de Astronomía de la Universidad de Ohio State, haber encontrado este raro evento sugiere que los efectos de disrupción de estrellas por agujeros negros supermasivos son mucho más comunes de lo que los astrónomos piensan y haberlo observado tan cerca de casa da la posibilidad de estudiarlo en gran detalle. “Se podría decir que tuvimos suerte al hacer esta observación, pero cuando tienes suerte cada cierto tiempo, es porque estás haciendo algo bien. Quizá la tasa de disrupción de estrellas por agujeros negros es realmente mayor de lo que la gente cree, lo que puede significar que veremos más de estos eventos en un futuro cercano”, concluye.
El artículo fue liderado por el estudiante de doctorado de la Universidad de Ohio State Thomas Holoien, y también incluye co-autores de Liverpool John Moores University, Penn State, Morehead State University, Grove City High School, Coral Towers Observatory en Australia, y del Observatorio Astronómico de la Universidad de Varsovia.
Artículo completo: http://arxiv.org/pdf/1405.1417v2.pdf)
Video explicativo: https://www.youtube.com/watch?v=ahDuOt_eKgg